RUTA CANCÚN, 18 DE ABRIL DE 2019.- El “Círculo de Mujeres” de Cristina del Razo es toda una tradición en Cancún. Se realiza en Playa Langosta a las 8 de la noche con cada Luna Llena y la idea es recargarse de la energía positiva de la luna, del mar, de la convivencia con las mujeres que ahí nos reunimos.
Yo llevo años participando en el Círculo de Mujeres, invito a mis hijas y a mis amigas para seguir aprendiendo de la sabiduría del ciclo lunar con la femineidad y la reconexión con la madre tierra y el universo, con la gracia divina del Creador, con el sonido del caracol solicitamos permiso a los puntos cardinales y a los elementos de la naturaleza para dar inicio a nuestra ceremonia de la mujer.
Cada una podemos expresar nuestras experiencias, nuestros propósitos, nuestros miedos, podemos conocernos de manera más profunda a nosotras mismas y a las demás, compartir nuestros sentimientos y ayudarnos a mantenernos en un círculo de equilibrio con la naturaleza y el mundo, y llenarnos de paz interna.
Cada reunión del Círculo de Mujeres tiene sus propios matices. Cada vez participan más mujeres en busca de sanar, aprender y conectarnos con nuestro ser interior al reunirnos varias generaciones como en épocas ancestrales, cuando las abuelas, madres, hijas y nietas se sentaban en círculo una vez al mes cuando la luna se encuentra en fase nueva: “es el poder de transformarnos y despertar a nuestra diosa interior”.
Es todo un ritual. La hermana Cristy, como le decimos de cariño, inicia con una oración de agradecimiento al Dios creador del universo, se prenden velas blancas y ponemos una ofrenda de frutos, semillas, hojas, plumas y flores para armar un Mándala, que es una palabra sánscrita que posee varios significados pero los principales son círculo o totalidad y se utiliza para representar el macrocosmos, el universo, la naturaleza, el mundo espiritual.
Lo mejor es vestir falda o vestido largo, llevar un tapete y una botella de agua. Es increíble llegar y sentir la energía del lugar, la sensibilidad de las mujeres, la sinceridad de sanar y la plena intención de resolver sus inquietudes. La verdad es que me gusta muchísimo esta ceremonia.
Cada una se presenta y da los nombres de su linaje femenino desde la madre, abuela, tatarabuela y bisabuela, o hasta donde te acuerdes, para luego comentar el propósito y la intención que de curar el pasado y agradecer por lo que tenemos y lo que está por llegar. Al final de cada una de nuestras plegarias decimos “Aho”, que significa amén y así sea.
Con la luz de la Luna Llena, el vaivén de las olas, la brisa del mar y la arena fina en los pies se siente la energía femenina: cómo el poder de la conciencia habita dentro de cada corazón, esa sensación que nos llena de luz que fluye por las venas y llega hasta las células sanando nuestro cuerpo y nuestro espíritu. ¡Qué alivio sentir esa lluvia de bálsamo brillante que cubre a la madre tierra para dar salud y tranquilidad a nuestra mente!
Recuerdo una noche particular en la que invité a una amiga. No sabía bien a bien de qué se trataba pero luego se integró y se emocionó, se unió al Círculo para sanar heridas del pasado y agradecer por los nuevos caminos llenos de salud, sabiduría y éxito en sus proyectos personales. “Ahó”.
En este Círculo conformado por mujeres de todas las edades, escuchamos atentas la explicación de Cristina sobre cómo influye el ciclo lunar en las mareas, en las cosechas, en nuestro ciclo menstrual y hasta en el crecimiento del cabello, por citar algunos ejemplos.
Dice Cristy que “cuando la mujer menstrúa tiene su propio ciclo interno, que cuando coincide con el ciclo de la luna las energías son más armónicas e intensas, ayudando a la mujer a avanzar hacia su sabiduría interna llena de poder para encumbrarla en la cima más alta y valorar su fe y su voluntad”.
Luego, un canto ancestral a la luna que transmite poder, sabiduría y conciencia del valor de la palabra y la creatividad que despiertan estos procesos lunares. Lo acompañamos con movimientos suaves de manos, de cuerpo, los ojos cerrados, para facilitar la conexión con nuestro ser interior, como un camino seguro a nuestra divina verdad femenina
El tiempo vuela y sin darnos cuenta transcurrieron dos horas, danzamos en fila india hasta la orilla de la playa para liberar las cargas pesadas que llevamos a cuestas durante días, semanas, meses o años. Dejamos fluir la energía y limpiar nuestra mente. Concluimos con lo que Cristy llama la sesión de la abrazo-terapia. Es increíble la efectividad de los abrazos, son gratis y nutren el alma.
Realmente es una gran experiencia. Síguenos en nuestra Ruta Cancún y te avisaremos cuando y donde se realizan más ceremonias del Círculo de Mujeres. #RutaCancún